En proximidades de Calafate se levanta un cordón montañoso que incluye varios cerros y montes. Al pie de los mismos se extiende una zona única, con condiciones climáticas y geológicas particulares que la convierten en un gran atractivo para los turistas.
El Cerro Mitre es una montaña de 1067 metros de altura situada en el corazón de la estepa patagónica, hacia el límite con el hermano país de Chile. Integra junto a los cerros Buenos Aires, Frías, y De los Cristales, un extenso cordón montañoso que decora el paisaje.
La estepa patagónica es un relieve que recorre gran parte del territorio sureño de la Argentina. Es una zona en donde predominan las mesetas así como también las elevaciones y cañadones. Engloba grandes extensiones de tierra cuyos difusos límites desaparecen al caer el sol sobre el horizonte. En estas ocasiones se la percibe como una inmensidad de tierra y cielo unido indivisiblemente. Es una región que se caracteriza por un clima templado-frío, en el que predominan los fuertes vientos del oeste (principalmente durante el verano), las nevadas en invierno y heladas durante gran parte del año. Los registros de lluvias son escasos, lo que indudablemente repercute en el desarrollo de cierto tipo de vegetación.
La flora autóctona de esta región se caracteriza por ser baja y achaparrada. La mayoría de las especies que prosperan son arbustos y pasturas resistentes. El calafate es una de las especies arbustivas que más se desarrollo en estas condiciones, en la zona de Santa Cruz. Además predominan las pasturas duras como el coirón y sus variantes.
La fauna en cambio es bastante variada; combina especies de diversas características y comportamientos. Uno de los ejemplares más codiciados y temidos de la región es el puma, fugitivo de gran tamaño que huye de los turistas y se desplaza durante la noche. Presa de este temible felino, el guanaco es otra especie frecuente en el entorno de la estepa patagónica. Estos rumiantes de color marrón y blanco suelen moverse en manadas, principalmente en la zona de estancias. Además es posible percibir la presencia de especies como el zorro, el gato montés, el ñandú petiso, entre otros. Sin dudas los más avistados durante los paseos por la estepa son las aves; allí habitan ejemplares como el cóndor, que cautiva con su majestuoso vuelo, el águila mora, el tero, el cauquén, entre otros.
La estepa ofrece paisajes distintos a los tradicionales bosques y cerros nevados que predominan en las ciudades patagónicas. Su increíble extensión y la ausencia de estructuras urbanas hacen que en ella sólo reine la calma y el viento que invade cada rincón del paisaje. Las excursiones y paseos por esta zona permiten apreciar una postal diferente y además encontrarse con curiosos y accidentes y formaciones geológicas que son únicas en el sur del continente americano. En esta zona predominan las estancias dedicadas a la cría de ganado ovino, que además ofrecen paseos y actividades enmarcadas en lo que se denomina turismo rural. En ellas podrá participar de las actividades productivas como la esquila de ovejas, disfrutar de un rico asado criollo u otras delicias de la cocina patagónica y emprender entretenidas caminatas por el paisaje de estepa.
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